Contacto

La clave fundamental para generar ventas y servicio al cliente.

Hoy, como todos los días corría para dejar a mis hijos al colegio. Obvio, con el frío que estamos viviendo y al que no estamos acostumbrados, la tarea de por sí difícil de levantarlos y tenerlos listos, se volvió aún más complicada. En pocas palabras iba tarde. ¡Otra vez!

 

En la entrada del colegio mientras pasaban los filtros de seguridad me encontré con otro padre que como yo esperaba su turno para dejar a su pequeña. Un encuentro breve donde obvio hablamos del clima:

-Qué frío hace estos días – me dijo detrás de su hermoso abrigo de lana. Que cubría un también muy bello traje, obvio, de lana también.

-Sí, -le contesté- mientras para mí pensaba: «éste ya se va a trabajar y yo apenas voy corriendo para el gimnasio». ¡Otra vez! Quien tiene hijos pequeños entenderá que correr es parte de la vida (y de eso hablaré en otro post).

-Sin embargo- continuó el del abrigo-, este frío no es nada comparado con lo que está ocurriendo en Europa- El aeropuerto de Suiza está cerrado en estos momentos. Todos los que van al foro económico de Davoz están detenidos. -Imagínese- Finalizó con una sonrisa que supongo buscaba ser amable.

En realidad, lo que ocurría en Europa, Suiza, Davoz o cualquier otro lugar del mundo, me tenía sin cuidado. Yo iba tarde, mis niños iban de malas, y apenas iniciaba el día. Justo cuando eso pensaba llegué al filtro. La maestra me miró sonriente, -por salir apresurado, sólo me ocupe de que mis niños fueran abrigados, pero me había olvidado un poco de mí así que únicamente me había puesto una sudadera ligera para el gimnasio y una gorra en el cabello a manera de peinado-. Cuando iba a entregar a mis pequeños, mi hijo menor busco abrazarse a mí, tenía frío y tanto él como su hermano mayor querían quedarse en cama, a dormir, sin salir. Abrazados con papá y mamá.

La maestra miró la cara de enojo de mi hijo menor que me abrazaba sin querer soltarme, su hermano tampoco lucía de mejor humor y yo, para terminarla de amolar me congelaba. A manera de disculpa, -ya había pasado la hora de la entrada. Y como he dicho, ¡iba tarde! – le dije a la maestra, es que estamos en control de esfínteres y ahora todo se vuelve una lucha por el poder-.

-Olvídese de eso señor, ¡el frío está espantoso y los niños se quieren quedar en casa cobijados con papá y mamá- Y mirando a mis hijos les pregunto: ¿a poco no pequeños? Ambos sonrieron y entraron felices a la escuela. Y yo me sentí pleno, se me olvidó el frío y me dije a mí mismo: ¡qué buena escuela es esta! Y obvio, regresé contento a mis actividades.

 

¿Cuál fue la diferencia entre estas dos interacciones? Tanto el hombre del abrigo como la maestra hablaron del frío y por supuesto ambos fueron amables. La diferencia fue que la maestra hizo contacto conmigo. Y sobre todo con mis hijos. La maestra me vio a mí, mis necesidades y a aquello que a mí me importaba. El hombre del abrigo hablaba sobre lo que a él le importaba compartir. Sin darse cuenta de que para crear una buena comunicación es necesario ver al otro, de lo contrario, como fue en su caso, se crean monólogos. Y los monólogos no comunican. Y por lo tanto no venden.

 

Obvio que la maestra no dijo lo que dijo para vender, lo hizo por algo que la terapia Gestalt denomina contacto. El contacto es la capacidad de darse cuenta de lo que ocurre en uno mismo y responder adecuadamente a nuestras necesidades. Al hacerlo estamos presentes en el presente, atentos a aquello que está pasando en nosotros y a nuestro alrededor. Este estar presente es una habilidad que se entrena y se desarrolla a través del tiempo hasta que se perfecciona. Al perfeccionarla podemos generar empatía con el otro. Al genera empatía en cualquier área de la vida nos volvemos agradables para los otros. Al ser agradables nos volvemos confiables. Y si hay algo que necesita alguien que esté en trato con el cliente es saber generar confianza. Pues de esto están hechas las relaciones: de confianza.

 

Si quieres saber cómo generar un verdadero contacto con tus clientes, o quieres entrenar a tu personal para verdaderamente ser una cara amable en su trato al público. Habla conmigo. Puedo facilitarte mucho la vida.